Panamá negocia con entes internacionales al menos 1.000 millones de dólares que necesita, adicionales a los 2.500 millones obtenidos con una emisión de deuda, para enfrentar la emergencia por el COVID-19, que provocará un decrecimiento de por lo menos el 2 % del PIB del país este año.
El ministro de Economía y Finanzas (MEF), Héctor Alexander, dijo este martes que la paralización casi total de la economía por causa de la pandemia va a dejar este 2020 "niveles de déficit bastante altos", aunque no precisó una cifra porque la crisis es una "historia en desarrollo".
Detalló que el financiamiento que hasta ahora ha obtenido el país para hacer frente al COVID-19 y sus consecuencias suma 2.541 millones de dólares: 2.500 millones obtenidos mediante la colocación de bonos de deuda y 41 millones entregados por el Banco Mundial (BM).
Pero las necesidades para manejar el presupuesto nacional son mayores, por lo que el Ejecutivo espera "poder obtener de organismos internacionales no menos de 1.000 millones de dólares" adicionales.
"Estamos negociando y en algunos casos los montos finales no han sido determinados. Sí pensamos importantes recursos nos van a venir de estos organismos internacional para cubrir un porcentaje importante de los fondos que vamos a estar requiriendo para manejar el presupuesto de la Nación en el 2020", declaró Alexander.
El presupuesto del Estado para el 2020 fue aprobado por 23.316 millones de dólares, 350 millones por debajo del 2019 en el marco de una novedosa política de austeridad, y ya han sido redireccionados 2.000 millones para atender las necesidades sanitarias y de asistencia social derivadas de la crisis, dijo el ministro.
En ese contexto, Alexander reveló que ya se están eliminando de la planilla estatal "2.400 posiciones" que representa "151 millones de dólares", una cifra que puede aumentar.
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EL IMPACTO MACROECONÓMICO
Alexander señaló que el impacto de la pandemia en la economía de Panamá este 2020 derivará "en un decrecimiento" del producto interno bruto (PIB) "no menor al 2 %", una tasa que ha sido proyectada también por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el BM.
Panamá, que el año pasado registró una expansión del 3 % del PIB, la tasa más baja en una década, "parece que va a ser uno de los países que menos va a decrecer en la región", comentó el ministro, aunque reconoció que "la situación económica no es buena para nada".
Panamá, donde casi el 50 % de la población vive de la economía informal y el desempleo se ubicaba en el 7,1 % antes de la crisis, tiene ahora "el grueso de las actividades económicas paradas, y han sufrido mucho sectores que utilizan mucha mano de obra" como la construcción, el comercio minorista y el turismo, dijo Alexander.
Indicó que la agricultura puede ayudar a frenar la caída económica de este año, pues es un sector "descuidado por mucho tiempo" al que se le abren "grandes oportunidades" y el Gobierno ya "está ejecutando políticas públicas para que pueda crecer con fuerza".
En cuanto al Canal de Panamá, el ministro dijo que se espera que el impacto de la crisis en ese negocio sea menor al que tendrá la economía en general.
Citó que la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) reportó un buen desempeño en el primer trimestre de este año, pero que en abril ya se observó una leve caída en el tránsito de buques, una situación que podría mantenerse en el mediano plazo.
Panamá, que registraba hasta el lunes 249 muertes y 8.616 casos confirmados de COVID-19, presentó un programa de reactivación económica gradual que arrancará mañana miércoles con las ventas minoristas con entrega domicilio y servicios técnicos.
La reapertura comenzará manteniendo la cuarentena nacional obligatoria decretada el 25 de marzo pasado y que exceptúa a sectores esenciales como salud, alimentos y transporte, entre otros, que operan mediante salvoconductos.